Lolo vive y trabaja en una chinampa en Xochimilco que pertenecía a su abuelo. Aún ante la calma de su parcela, Lolo no se siente en libertad de ser quien es. Una tarde en el tianguis, Lolo se reencuentra con Kat. Junto a otres amigues, Lolo descubre un espacio franco, donde se siente acompañade y en libertad para labrar su verdadera personalidad.