“El lago era nuestra madre y padre. Ahora, somos huérfanos“, dijo Don Rufino Choque, miembro de la comunidad indígena Uru, cuyas palabras resuenan en el desierto que alguna vez fue el Lago Poopó, en Bolivia. Sequías inducidas por el cambio climático y desvíos de aguas para la minería, llevaron a la desaparición completa de las aguas del Lago Poopó en 2016. A pesar de las adversidades, ellos se siguen considerando hombres de lago, Qotzuñi en su idioma nativo.