Un ensayo cinematográfico sobre la construcción de una identidad americana. Un tejido de imágenes de la vida cotidiana filmadas durante los últimos 16 años del cineasta en Buenos Aires –obreros reconstruyendo un arenero en una plaza, marchas y manifestaciones, la ciudad vista desde el ventanal de un colectivo, la vida familiar–, y entrevistas con su padre en el barrio neoyorquino de su niñez; el documental es un puente entre los dos mundos del director: Buenos Aires y Nueva York.