Existe el mito de que la población de Costa Rica es mayoritariamente blanca. A través de un viaje en tren, conoceremos las comunidades invisibilizadas de este país. Maritza, madre soltera nicaragüense exiliada por los conflictos sociopolíticos de su país, vive en una comunidad marginada cerca de la capital costarricense. Emerita Bejarano dejó Panamá para trabajar en unas plantaciones de café. Janis Howlet, de origen afroantillano, vive en un pueblo abandonado donde las oportunidades escasean.